Como las personas, cada camino es único, y este es el mío.

Soy Liláj, bailarina, actriz, masajista… Una combinación a la que le encontré sentido con los años, cuando descubrí que todo lo que hago es para tratar de entender al cuerpo y las personas.
Desde que tengo memoria me gusta bailar. Hice danzas folklóricas israelíes (rikudim), árabes, coreografía, acrobacia, comedia musical… mi infancia y adolescencia transcurrieron mientras bailaba.
Ese fue el comienzo de un camino de aprendizaje que continúa hasta el presente. Los masajes le dieron sentido a mi vida. Hoy son mi forma de aprender e intervenir sobre el cuerpo desde un abordaje integral. Son mi manera de ayudar a los demás a encontrar una vida equilibrada donde el cuerpo, la mente y la emoción se combinan positivamente para alcanzar el bienestar.
Cuando llegué a la Universidad estudié Arte Dramático en la Universidad del Salvador. En ese momento descubrí que bailar me había enseñado a tener una sensación de mi propio cuerpo, sus asimetrías, el tono muscular, la respiración, la postura, que me ayudaron a poner en práctica este nuevo arte.
Fue justamente por este conocimiento que mis profesores y compañeros comenzaron a pedirme que los ayude con su entrenamiento corporal para ganar movilidad, flexibilidad y fuerza. Y como conocer el funcionamiento del propio cuerpo no es lo mismo que enseñar a otros a moverse, empecé a estudiar masajes para aprender sobre anatomía

Pero hagamos una pausa…

Mientras tanto, y sin saber todavía que estos caminos paralelos se encontrarían más adelante, en mi adolescencia comencé a practicar medicina ayurveda de la mano de Carmen Frigerio, referente de la disciplina en Argentina. Ella fue mi gran maestra, tutora y amiga.
Esta práctica me abrió la puerta a nuevas experiencias. A los 14 años ya meditaba dos veces al día, practicaba yoga y empezaba a dar mis primeros masajes Abhyanga (masaje ayurvédico).

Así se produjo el encuentro…

Ese fue el comienzo de un camino de aprendizaje que continúa hasta el presente. Los masajes le dieron sentido a mi vida. Hoy son mi forma de aprender e intervenir sobre el cuerpo desde un abordaje integral. Son mi manera de ayudar a los demás a encontrar una vida equilibrada donde el cuerpo, la mente y la emoción se combinan positivamente para alcanzar el bienestar.